domingo, 19 de julio de 2009

Las Raices del Coaching en la Filosofía Antigua

A lo largo de la historia, filósofos de diversas corrientes de pensamiento han aportado al desarrollo de la disciplina.

La mayéutica socrática es, quizá, el primer antecedente. Sócrates, a través de preguntas reveladoras, orientaba a sus interlocutores en la búsqueda de la “verdad”, exponiendo las bases de sus falsas creencias. Lo cierto es que así como él, los coaches “ayudan a que sus clientes examinen sus vidas para que merezcan ser vividas”. A través del Arte de la Mayéutica, el coachee encuentra su verdad o la verdad. Así como lo indicaba Sócrates, no existe el enseñar sino sólo el aprender, y éste surge sólo reconociendo que el conocimiento no está en el coach sino en los propios coachees.
Otra influencia propia de la filosofía Socrática, es que ayudamos a que nuestros clientes en ciertos momentos sean conscientes de sus incompetencias, para luego estar en mejor posición frente a la consecución de sus objetivos. Saber que no sabemos nada, es siempre un punto de partida imprescindible de la buena práctica del coaching.

sábado, 18 de julio de 2009

Origen de la Palabra Coaching

Durante los siglos XV y XVI, la ciudad húngara de Kocs se convirtió en parada obligatoria para todos los viajeros que hacían el trayecto entre Viena y Budapest. Fue en esta ciudad donde comenzó a utilizarse un carruaje con un sistema de suspensión que hacía mucho más cómodo el viaje. Empezó así a hablarse del “kocsi szekér” o “carruaje de Kocs”, símbolo de la excelencia en aquella época. Kocsi, dió origen a palabras coach en inglés, kutsche en alemán y coche en español. Ambas acepciones tienen un signifado común: facilitadores para llegar más rápido a un destino

Así, etimológicamente, el término “coach” deriva de un medio de transporte. Y, de alguna manera, el coaching sirve para transportar a las personas del lugar donde están hasta el lugar donde desean estar. El conductor del carro (o “coach”, sirve de guía para el coaching) facilita el proceso de desplazamiento del cliente (o “coachee”) pero no decide el rumbo a seguir.