domingo, 27 de marzo de 2011

Tomar decisiones

“EL FUTURO TIENE MUCHOS NOMBRES. PARA EL DÉBIL ES LO INALCANZABLE; PARA EL MIEDOSO LO DESCONOCIDO; PARA EL VALIENTE LA OPORTUNIDAD – Victo Hugo-

La manera más fácil de tomar decisiones es la de definir el problema, después diagnosticar las causas, y luego diseñar posibles soluciones y por último nos decidimos por una, y acto seguido hay que ponerla en acción. Este es el modelo “Racional”, o de primero pensar; pero que nos resultará insuficiente para un proceso de toma de decisiones saludables.

Henry Mintzbert y Frances Westley nos muestran otros dos modelos distintos, uno se basa en “primero hacer” y otro en “primero ver”.

EL “Primero pensar” tiene sus límites, ya que hay proyectos que se inician, avanzan y retroceden, interrumpidos por nuevos acontecimientos, desviado por diversas oportunidades y circunstancias. Se da vueltas y vueltas hasta que por fin surge una solución. A menudo las decisiones no surgen sino que “irrumpen” . EL proceso de decisión puede tener etapas de vacilaciones, seguidos de revelaciones repentinas (Insight), que se lleva a la cristalización. Aunque parezca un poco desordenado el proceso de toma de decisiones en la vida real tiene más sentido de lo que creemos, precisamente porque una buena parte de él trasciende el pensamiento consciente.

PRIMERO VER

Un visión profunda sugiere que las decisiones, y al menos las acciones provienen tanto de lo que se ve como de lo que se piensa. La comprensión puede ser visual como conceptual. Un experimento típico es el realizado por Wolfgang Kolher en 1920: un mono que se esforzaba por alcanzar una banana colocada en lo alto de su jaula. Hasta que vio una caja en el rincón—no solo lo vio, sino que comprendió lo que podía hacer con ella--, y fue capaz de resolver el problema.