El segundo tipo de persona es aquel que sabe claramente qué es lo que quiere conseguir, pero no sabe cómo lograrlo. En estos casos el Coach apoya al cliente para que genere opciones, para que las evalúe y las ordene. La idea es que confeccione un mapa de ruta: un conjunto de acciones ordenadas en una secuencia lógica, y con la capacidad para llevarlo a conseguir el tipo de resultados deseados.
El tercer tipo de persona es aquel que sabe lo que quiere conseguir y lo que tiene que hacer, pero no lo hace. En estos casos los coaches se centran en facilitar que el cliente recorra el camino. Apoyan para que elimine posibles bloqueos o para darle ese empujoncito que a veces le falta.
El cuarto tipo de persona es aquel que está actuando para conseguir nuevos resultados, pero que no sabe si lo que hace le lleva a conseguir los resultados deseados. En estos casos el Coach consiste en facilitar la evaluación de resultados. Si lo que el cliente hace no le funciona tiene que saberlo para no desperdiciar recursos.
El Quinto tipo de cliente es aquel que, sabiendo que lo que hace no le funciona sigue repitiéndolo una y otra vez. Sabe que no lo está consiguiendo y no ve otra forma de enfocarlo; sabe que lo que hace no mejora su relación, pero no sabe qué más hacer.En estos casos el trabajo de un coach se centra en generar un plan de acción alternativo.
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